jueves, 26 de noviembre de 2009

¿Dubai o el detonante?

Esta mañana me desperté con los datos sobre los caidones en Hong Kong, cercanos al 2%, y luego al ver las noticias vi que los analistas destacaban que Dubai se encuentra al borde de la quiebra tras una década de desmesuradas inversiones inmobiliarias que llevaron a pensar que en el emirato todo era posible. Pero la fiesta ha terminado. El ladrillo de superlujo, que éso era Dubai, ha reventado. Las consecuencias son bajadas en picado del precio de los pisos, decenas de miles de despidos y lo peor...Dubai al borde de la quiebra. Pero nada nuevo hay en esta noticia que no sea lo que ya hemos visto en Occidente. Si he querido hablar sobre Dubai es por otro tema.

El tema, por supuesto, es bursátil. Y el asunto es que desde marzo han subido los mercados en forma tan vertical e ilógica (ilógica si comparamos esa subida con la situación de la economía real) que muchos analistas han hablado claramente de que probablemente se ha creado una "burbuja bursátil". Personalmente, y aunque aún no haya confirmación total de ello, siempre he pensado que esta subida no es sino una mera onda B. Es decir una subida falsa. Una típica trampa alcista. Y es que todos los problemas generados por todas las deudas de los bancos que había hace 1 año y que provocaron los grandes socavones bursátiles aún siguen ahí. las deudas siguen sin pagarse. Lo único que se ha hecho ha sido trasladar esas deudas desde el sistema financiero al erario público. Pero el colosal pufo sigue ahí. Sólo que ahora ha cambiado de forma y ha pasado a engrosar las ingentes deudas de los Estados.

Así que la bomba de relojería sigue ahí. El polvorín sigue ahí. Sólo hace falta que cualquier incidente grave encienda la mecha y el castillo de naipes se desplome. El lunes leí en la prensa que Societé Génerale, un prestigioso banco francés, estaba alertando a sus clientes sobre un posible "colapso global" de la economía. ¡En fin! Esto no debe asustar a nadie porque el futuro nadie lo conoce. Ni siquiera los de Societé Génerale. Pero es evidente que estamos sentados sobre un barril de pólvora y que situaciones de posible quiebra, como la de Dubai, pueden desencadenar una auténtica debacle. Ya sabéis lo que pienso sobre el giro histórico en los mercados. Tema del que seguiré hablando más adelante. Cuando acabe esta puñetera onda secundaria A iniciada en marzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario